viernes, 7 de abril de 2017

Actividad 3… TALLER COOPERATIVO DE COMUNICACIÓN LITERARIA: Narración con Cuento.

¡Hola de nuevo a tod@s! Vamos con otro nuevo reto de Literatura. La actividad consiste en la realización en clase (en grupos de 3)  de un taller comunicativo para la transmisión de un cuento mediante la elección de una estrategia comunicativa  al resto de compañeros del grupo de trabajo. Las tres opciones de estrategia de transmisión eran: Lectura, Narración con cuento y Cuentacuentos.


La hora del cuento… ¡Allá voy! 

Título del libro: “¿Quién es? ¡Cuidado!”
Título Original:   ”Who´s there? ¡Beware!”
Primera Edición: Septiembre 2015.   
Editorial: Combel       
Autora: Patricia Hegarty


Edad de los receptores: Niños/as de 3 años

Estrategia de transmisión literaria: Narración con cuento


En primer lugar quiero contaros brevemente de qué trata la historia, y así situarnos todos mejor en ella: ¿Quién es? ¡Cuidado! Cuenta la historia de un ratón que quiere ir a ver a su abuelita a su casa y de paso llevarle un cesto de comida. La casita se encuentra al otro lado del bosque y lo que el ratón no sabe es que para llegar al otro lado del camino tiene que encontrarse con algunos animales escondidos que puede que le asusten y con algunas sombras muy sospechosas.

En segundo lugar quiero explicaros por qué me decanté por este libro  para la puesta en marcha del taller comunicativo que hicimos en clase con Irune y por qué elegí esta estrategia de transmisión. Comienzo por el principio argumentando por qué escogí este libro y es que resulta que es uno de mis libros preferidos que tengo en mi Biblioteca de aula. Fue un regalo que me hicieron el año pasado unos papis y su hijo cuando aún yo era su tutora (Ahora ya no lo soy porque el niño está en la clase de 2-3 años y yo sigo con los niños de 18 meses), y me lo regalaron a mí porque era el cuento que más veces le leían en casa a su hijo y le fascinaba, y pensaron que tal vez al resto de compañeros de su clase también les podría gustar bastante, y así fue, no se equivocaron en absoluto. Se lo cuento a los niños una y otra vez utilizando la estrategia de la narración con cuento, sin cambiar la esencia de la historia, ni los personajes, pero sí jugando con las voces que pone el ratón, el protagonista de la historia, y fijando mucho su atención en las solapas y lengüetas que esconden siluetas y sorpresas que a ellos les generan inquietud y mucha curiosidad.  

La técnica de la narración con cuento consiste en contar un cuento, sin leerlo, apoyándote en un soporte visual; y me encanta porque al ser niños tan pequeños a los que les cuento este fantástico libro, les puedo sorprender cada día contándoles la historia sin que se aburran, sin que dejen de prestar atención con facilidad y siguiendo el hilo de la historia, pero sin cambiar nunca los personajes y jugando con lo que esconden las solapas. Al ser niños tan pequeños (3 años) he considerado que esta sería la mejor estrategia de narración, a parte porque a mí me gusta ver sus reacciones y las caras de intriga cuando no saben lo que esconden las sombras que presenta el libro.



Realmente, a partir de los 2 años, cambiar la voz de los personajes, para los niños es un mero adorno del cuento, pero considero que para este libro es una técnica muy significativa al tratarse de un cuento que juega con las sombras y no se sabe lo que hay en cada figura oculta.  Los personajes que encontramos en el son muy familiares y tiernos para los niños de esta edad, como es el ratón, el personaje principal y el resto de personajes con los que se va encontrando por el bosque hasta llegar a casa de su abuelita.
Los otros animales del bosque son un erizo, un topo, un conejo, un oso y unas hormigas cruzando el río. La escena donde se desarrolla el cuento es el bosque, que todos los niños lo conocen y han estado alguna vez. 





Una vez que les haya narrado a los niños el cuento, viene la parte que más les gusta y es volver a coger el libro y a ver y observar detenidamente las solapas y los animales ocultos que han ido viendo en el bosque. Las preguntas que les suelo hacer son siempre con el libro delante y las vuelvo a pasar muy despacio página por página para que se fijen más en los detalles y saquen ellos mismos sus conclusiones. Algunas preguntas que les planteo son:

1. ¿Os gustan los ratones? ¿Dónde viven? ¿Pueden vivir en casa con nosotros?

2. ¿Quién ha ido al campo alguna vez? ¿Y qué habéis hecho allí? ¿Con quién habéis ido?

3. ¿Qué animales con los que se ha encontrado ratoncito os ha gustado más? El topo estaba dormido y no pudo hablar con él, ¿os acordáis que tuvo que pasar de puntillas delante de él para no despertarle?, ¿Y cómo andáis vosotros de puntillas?

4. ¿Y el erizo? ¿Sabéis que le pasa al erizo cuando le tocamos? –Que nos pincha-.

5. ¿Y qué está cogiendo el oso del árbol y guardándoselo en su bolsillo? Parecen peras o manzanas, ¿verdad? ¿Os gusta a vosotros comer fruta?

6. Y cuando ratoncito se acerca a la orilla del río, ¿le asusta un cocodrilo? ¿o son unas hormigas cruzando el río para buscar comida?

7. ¿Y ratoncito va caminando por el bosque para encontrarse con su abuelita verdad? Que le está esperando en su casa para merendar con una bandeja de pasteles… ¿Vosotros qué merendáis cuando vais a casa de los abuelos? ¿Os gusta ir a verles? 




La experiencia personal al hacerlo en clase no fue de la misma manera que si los verdaderos receptores fueran los niños, pero se lo intenté contar a mis compañeras como si los tuviera a ellos delante. Estaba más nerviosa que de costumbre, aunque a mis compañeras de trabajo, Alejandra y Claudia, ya las conocía. La cara de Alejandra era más rara que la de Claudia, la de Claudia era de entusiasmo y de satisfacción por mi manera de contarlo; pero la de Alejandra era más de sorpresa, de asombro por mi manera tal vez de narrarlo, o por la voz que ponía, o simplemente por lo que estaba contando de la historia. Aun así me comentaron que era un cuento precioso y adecuado para la edad que les había planteado al principio de la historia.

En primer lugar les comenté por qué había escogido ese cuento, la edad a la que iba dirigido y por qué escogí también esta estrategia de transmisión. El cuento verdaderamente les encantó, porque es muy sencillo, breve y a estas edades se puede sacar mucho partido de él. Me comentaron que las ilustraciones eran muy muy bonitas y el tamaño de los dibujos, el color de las páginas y la tipografía que empleaba era la adecuada a esta edad.  

Antes de contárselo a ellas, lo ensayé en casa previamente y pensé las posibles preguntas que podría sacar de él para los niños y hacer de él un cuento más enriquecedor.

Cuando me dispuse a contar la historia utilicé una fórmula de inicio o fórmula mágica (que suponen situar a los niños para leerles un cuento o contarles una narración) y las palabras mágicas fueron: "Colorín, colorado, este cuento va a empezar, de dragones y princesas, y castillos encantados.. Colorín, colorado, ya verás te gustará".

Cuando acabé de contarlo dije también las palabras mágicas que a los niños le gusta un montón: “Y colorín colorado, este cuento se ha acabado”  o “Y colorín colorete, por la chimenea sale un coheteeeee”. Es un final que todas/os conocemos y se llaman fórmulas de cierre, y a los niños de 3 años les produce mucha emoción hacer el gesto cuando despega un cohete.

Me comentaron que es un cuento que invita a la interactividad y que se acerca mucho al entorno de los niños, puesto que las sombras que aparecen no dan miedo, y siempre aparecen escenas inesperadas con las que se puede escenificar mucho, hacer gestos de los animalitos del bosque y poner yo las voces al ratón para hacer el cuento más dinámico y entretenido. A los niños les encanta y yo disfruto el doble con ellos. 
La única crítica que mis compañeras me hicieron es que al finalizar la narración hice una pequeña moraleja. Y que eso no debía hacerlo, puesto que le quita a los niños que lo hagan por sí solos y a la edad de 3 años es lo menos relevante de una historia. Yo conté como que Ratoncito tenía que tener más cuidado la próxima vez que fuera por el bosque él solo y no hablar con todos los animales que se encontrara para que no le asustaran. Pero ellas tenían razón y estoy segura que muchos niños dirían que Ratoncito es muy valiente y es muy divertido encontrarse con muchos amigos para que le ayuden a encontrar mejor la casa de su abuelita.





Conclusiones personales

Es un cuento que no me canso de contar una y otra vez, todas mis compañeras en el trabajo ya lo conocen y los niños me piden que se lo cuente muchas veces. Al ser técnica de narración y no lectura, cada vez lo cuento de una manera distinta, sin romper el argumento de la historia y poniendo  muchas caras de intriga para mantener el interés, el asombro y la atención por la historia.

Podemos aprovechar este libro para hablar con los niños acerca del miedo a la oscuridad y preguntarles si ellos tienen miedo a algo. De cómo las cosas de noche parecen de un color, pero cuando las iluminamos y las vemos de día, ya no nos asustan.

Me gusta mucho también porque el niño puede participar cuando lo esté contando y levantar las solapas muy despacito e intentar contarles al resto de los niños lo que hay detrás de cada solapa sin que ellos lo sepan primero. Favorecerá a la edad de los 3 años el diálogo, la imaginación, la escucha, la espera, la atención y la creatividad.  

¡Sin duda alguna me encanta que regalen libros así de fantásticos y de recurrentes!



Bibliografía

- Hegarty P, (2015). ¿Quién es? ¡Cuidado!. Editorial Combel 

 Labajo González, I. (2017). Bloque III Módulo Docente de Literatura Infantil. Madrid: La Salle.  

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4 comentarios:

  1. ¿Qué tal Silvia?
    Qué interesante descubrimiento, no conocía este cuento pero por lo que cuentas les encanta y tiene toda la pinta! Sombras y solapas, éxito seguro!
    Lo primero que te quería comentar es un detalle que creo que es erróneo de la redacción: cuando hablas de que tus compañera te hicieron una crítica sobre la moraleja que aportaste después de leer el cuento, escribes que eso "es lo menos irrelevante de la historia" y supongo que quieres poner lo menos relevante. Por cierto estoy totalmente de acuerdo con ellas en eso.
    Por las pocas páginas que se pueden leer en las imágenes que añades, parece que no es un texto muy elaborado de los que vale la pena leer textualmente, por eso creo que has elegido muy bien la estrategia de narración con imágenes para poder darle un toque personal que seguro le sumaba emoción y diversión al cuento.
    Me ha gustado mucho leerte. ¡Buen trabajo!

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  2. Hola Alicia, lo primero de todo, muchas gracias por leerme y por tus anotaciones.

    Tienes razón en lo que me comentas de mi error al explicarme, quería decir "menos relevante" y está claro que está mal explicado, así que ahora lo modifico. ¡Gracias!

    Y está claro también que con esa edad, a los niños le da igual la moraleja que tenga el cuento o si hay alguna escena que les transmita algún conocimiento, puesto que a ellos les importa más lo que les transmita alguna solapa en cuanto a emociones o interés y la emoción y el entusiasmo que su maestre les cause al contárselo.
    A mi particularmente por esta razón no me gustan los cuentos didácticos, puesto que aunque los niños sean como esponjas y sepan más de lo que creamos, considero que pierden todo su entretenimiento y su carácter literario. Nuestra mente como maestras creo que se iría más por la rama de transmitir contenidos, antes que por su carácter lúdico y de disfrute.

    Como tú bien dices es un libro con un texto muy escaso que no merece la pena ser leído, sino todo lo contrario, que es más para disfrutarlo todos juntos y para darle un toque más personal cada vez que queramos contarlo, puesto que también invita a la espontaneidad, la naturalidad y la improvisación.

    ¡Un saludo guapi!

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